sábado, 31 de agosto de 2013

17...

...años de ronroneos, achuchones y lametones.

Muchos no lo entenderéis, otros lo entenderéis pero no compartiréis, sólo aquellos que habéis convivido, sólo aquellos que sabéis lo que una mascota te puede llegar a dar y trasmitir, sólo esos entenderán mis palabras.

No me gusta mucho decir eso de mascota porque son mucho más que eso, son parte de la familia, con ellos nunca estarás solo. Fieles compañeros, fieles oyentes de tus problemas, no responden con palabras, responden con hechos, con carantoñas y lametones, a veces tienen mayor valor que unas palabras de aliento obligadas.

Es la primera vez en 17 años que me quedo sola en casa, cuando digo sola me refiero a completamente sola, durante todos estos años siempre ha estado él, nunca he estado sola. Su sitio en el sillón, en la silla o en la habitación de mi hermana están vacíos. Sigue estando su cuenco de comida, pero éste está lleno.

Dicen que cuando le ocurre algo a una persona querida algo en ti se remueve y aunque tu corazón lo quiere negar tu cabeza sabe, no sé cómo, que algo no va bien. Esto lo sentía a miles de kilómetros de distancia y no con una persona, pero si con un ser querido. Quería llegar y achucharle sin importarme mi alergia y los siguientes minutos llenos de estornudos y picores, pero no pudo ser y parte de mi lo sabía.

Cuando contábamos que nos teníamos que turnar para no dejarle solo, la gente se reía: “Es un gato, puede estar solo”. Pero no sólo era un gato, era parte de nuestras vidas, no en vano hemos vivido 17 años con él, en mi caso desde los 11 años. Creo que es tiempo suficiente para que entendáis el cariño y el amor que se puede tener a un animal después de tanto tiempo.

Todas las personas que han pasado por mi vida le conocían 'en persona' o por lo que yo les he hablado. Era tan especial que siempre tenía algo digno de mención, digno de contar y digno de recordar. Nunca fue un gato huraño, distante, independiente... no sé, nunca fue un gato como dicen que son los gatos. A la mínima oportunidad estaba encima de ti, te seguía y no se separaba cuando estabas enferma o con el ánimo bajo. Sabía cuando necesitabas tenerle cerca.

El sentimiento que deja la desaparición de un animal querido no es comparable a la de un familiar, y lo digo con conocimiento, pero sí deja un gran vacío y un gran dolor, porque tras pasar tantos años con él, son muchos espacios en casa, son muchos momentos, son muchos los recuerdos que hacen que no le olvides, que te duele recordar y pensar en él.

Como bien dije el día que me enteré: Hay una nueva estrella en el cielo, pequeña, pero brilla muy fuerte como su recuerdo en nuestros corazones.

"En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón (...)" Edgar Allan Poe (escritor estadounidense)

4 comentarios:

  1. Mucho ánimo cariño. Él vivió feliz cada uno de esos 17 años y siempre estará con vosotros. Un beso fuerte.

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  2. Que bonito.... Se muy bien como te sientes, después de todo lo que ha pasado este año... Son parte de nuestras vidas y su partida duele y mucho. Pero ya sabes lo que te dije y seguramente te decimos todos, ha tenido 17 años maravillosos y ahora toca recordarle con alegría, un gran gato, un gran compañero, con una gran vida. Siéntente orgullosa, mucha gente no es capaz de querer tanto a un animal, y eso te hace, si cabe, todavía más grande.

    Un beso fuerte.

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  3. Ánimo mi aroita! Yo ya sabes que no soy muy animalera pero aún así entiendo tus palabras. Un besote mu fuerte y a quedarse con to lo bueno!

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  4. ¡Gracias chicas!
    Han sido muchos años, así que me quedan muy buenos recuerdos ;-)

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