miércoles, 9 de mayo de 2012

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Son días intensos para todos: elecciones en media Europa, inyecciones de capital a los bancos, la dimisión de Rato, recortes y más recortes en España, la Bolsa, la prima, el paro... Todas estas cosas me han dado que pensar ¿por qué somos tan globalizados para unas cosas y tan individualistas para otras?

Claro que nos deben preocupar las cosas que ocurren a gran escala a nuestro alrededor. Claro que nos debe preocupar todas las cosas que he citado anteriormente, no en vano nos repercuten a todos en mayor o menor medida. Pero esas cosas necesitan más tiempo para cambiar, más lucha y esfuerzo que otras pequeñas cosas que podemos ir mejorando día a día. Todo esto no depende de nosotros, podemos presionar para que cambien, pero no está directamente en nuestra mano, mejorar el mundo día a día si.

Me estoy refiriendo a los pequeños gestos que hacen que un día gris, porque hemos amanecido con una mala noticia, se haga más llevadero.






Nos preocupa quien gane las elecciones de Francia, lógico, somos y estamos globalizados. Pero no somos capaces de dar los buenos días a la señora que limpia el portal cada mañana, o a la gente que está en la parada del autobús, la misma cada día, o al conductor, tienes que pasar por delante de él, si o sí, que menos que un “hola”, pero claro ¿por qué lo vamos hacer?

Discutimos sobre que sería lo mejor para salir de la crisis, pero no somos capaces de dar las gracias a la persona que nos sujeta la puerta. Fijaos si “gracias” es una palabra extraña que cuando la decimos nos miran con asombro.

Nos preocupamos por la gente que pasa hambre en el mundo, pero nos sorprendemos cuando alguien le da un sandwich o unas galletas a una persona que pide comida en el metro.

Hablamos que no es justa la jubilación a los 67, que las pensiones son una miseria, que como van a pagar por los medicamentos... pero cuando vemos a una persona mayor en el metro o en el autobús, no nos levantamos para cederle el sitio, “que lo haga otro, que yo estoy cansado” pensamos. En el mejor de los casos disimulamos leyendo, mirando para otro lado, cerrando los ojos... Al final se acaba levantando alguien, en un gran número de veces inmigrantes. Si, esas personas a las que les vamos a dejar sin derecho a la sanidad por no tener papeles. Quizás esas personas, a las que desde las altas esferas no se les considera tan personas como para que tengan sanidad, sean las que mejor se comporten con nuestros mayores. Quizás porque vean en sus ojos la misma hipocresia de la sociedad que ellos padecen. Una sociedad que se preocupa por cambiar los grandes males del mundo y no es capaz de mejorar el día a día con un simple gesto.

No estoy diciendo que no nos deba preocupar lo que pasa en el mundo, pero debemos ser más conscientes de lo que tenemos al lado. Porque un “buenos días”, una sonrisa o un “gracias” no derroca gobiernos o firma contratos pero sí nos hace más llevadero el día a día, la lucha por un mundo mejor.

Como dice el anuncio de IKEA “Tu revolución comienza en casa”.


"Uno puede devolver un préstamo de oro, pero está en deuda de por vida con aquellos que son amables." (Proverbio)

1 comentario:

  1. Desde luego que el lobo es un lobo para el hombre. Menos mal que todavía quedan buenas personas... ¿Tú crees que habrá alguna mejoría?

    Yo no estoy tan segura de eso. Espero que tengas razón. ¡Sigue escribiendo por fa!!!

    Besis

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